A mesura que l'home ha anat progressant en la ciència i la tecnologia, que la societat s'ha anat materialitzant, s'han anat perdent els veritables valors de la vida, un dels cuals passa, ineludiblement, pel RESPECTE, AFECTE i CURA dels nostres ancians. Des de fa anys s'ha vingut accentuant la deterioració de la relació entre joves i ancians.
Avui, en els països desenvolupats, l'expectativa de vida és alta. Això comporta un gran esforç de les famílies i l'Estat per a atendre a l'elevat nombre de persones de més de 65 anys que omplin les nostres ciutats.
Aleshores....solució???: residència “de tot hi ha”: Vaig anar com voluntària a una residència d'ancians, i si hau tingut ocasió d'anar a alguna d'ella, entendreu perfectament fins a quin punt s'han degradat els nostres valors morals.
Quan entres en la sala comuna on passen el dia, unes vegades xerrant, unes altres mirant la televisió i les més dormitant d'avorriment, diversos ulls et miren amb ànsia, sens dubte amb la il·lusió que darrere de tu vinga algun dels seus familiars; de seguida s'acosta alguna belleta tractant d'entaular conversa i contar-te, entre altres coses, que el seu fill o filla, fa molt que no ve… clar té tant treball, el pobre !
Quan comences a interessar-te per la seva vida, edat, família, etc., se li il·lumina la cara i et conta tots els detalls (si és que els recorda) del seu passat i, al final, els seus ulls s'omplin de llàgrimes perquè té diversos netets i fa molt temps que no els veu i, a més, ella desitjaria estar a casa amb el seu fill o fills, perquè “sàpigues Vd, aquí em tracten molt bé, em cuiden, em donen bé per a mejar, però m'agradaria morir-me tenint prop de mi als meus fills i als meus néts”.
Existeixen moltes classes de maltractaments a ancians. Es considera aquell acte comès contra una persona major, que atempti contra la seva vida, integritat física, sobre la seva seguretat econòmica, la seva llibertat o comprometi greument el desenvolupament de la seva personalitat, dintre de l'àmbit familiar o institucional. ALS ancians cal saber escoltar-los, escoltar les seves preocupacions i temors, donar-los el nostre afecte, que s'asseuen útils i, abans de res, tractar-los amb amor i afecte. El qual tinguin 80 anys no vol dir que no pensin, o que van deixar de tenir somnis. En tot moment realment mereixen ser respectats ja que ells són els quals ens han llegat tot, són els guardians de la saviesa humana, són autèntics savis plens d'experiències en les seves llargues vides. Amb l'arribada de les festes nadalenques, tan desesperadamente familiars, l'abandó d'aquestes persones tan vulnerables, tan abnegades, que ens van portar a aquest món i ens van fer créixer i madurar a costa de tremends sacrificis personals, es converteix en la demostració de la insensibilitat i la falta de principis que corroïx la nostra societat de l'abundància. Sens dubte, encara no ens hem adonat que nosaltres també serem vells, que és possible que ens abandonin quan arriben les vacances o quan es cansin de donar-nos un poc d'afecte i comprensió que és, al cap i a la fi, el que tots necessitem; que no es tracta només d'asseure a un ancià a la teva taula el dia de Nochebuena para tornar a deixar-li altre any sencer abandonat i sense que ens preocupi si està bé o no… és una tasca díaria, cal tenir-lo prop perquè el pes de l'edat i la proximitat de la mort no siguin una càrrega insuportable per a ell, cal tractar-lo com a un ésser humà.. solament així serem també nosaltres humans.
CASTELLÀ
En las sociedades primitivas los ancianos eran venerados por su sabiduría y conocimiento de la naturaleza, de las plantas curativas, de la forma de recolectar semillas comestibles, de los lugares idóneos para la caza, ellos dirimían los conflictos que surgían entre los componentes de la tribu…. sus consejos eran escuchados y seguidos sin rechistar, ellos eran el ejemplo para los más jóvenes.
A medida que el hombre ha ido progresando en la ciencia y la tecnología, que la sociedad se ha ido materializando, se han ido perdiendo los verdaderos valores de la vida, uno de los cuales pasa, ineludiblemente, por el RESPETO, CARIÑO y CUIDADO de nuestros ancianos. Desde hace años se ha venido acentuando el deterioro de la relación entre jóvenes y ancianos. Hoy, en los países desarrollados, la expectativa de vida es alta. Esto conlleva un gran esfuerzo de las familias y el Estado para atender al elevado número de personas de más de 65 años que llenan nuestras ciudades.
Solución:residencia “de todo hay”: Fuí como voluntaria a una residencia de ancianos, y si habeís tenido ocasión de ir a alguna de ella, entenderéis perfectamente hasta qué punto se han degradado nuestros valores morales. Cuando entras en la sala común donde pasan el día, unas veces charlando, otras mirando la televisión y las más dormitando de aburrimiento, varios ojos te miran con ansia, sin duda con la ilusión de que detrás de ti venga alguno de sus familiares; enseguida se acerca alguna ancianita tratando de entablar conversación y contarte, entre otras cosas, que su hijo o hija, hace mucho que no viene… claro ¡ tiene tanto trabajo, el pobre !Cuando empiezas a interesarte por su vida, edad, familia, etc., se le ilumina la cara y te cuenta todos los pormenores (si es que los recuerda) de su pasado y, al final, sus ojos se llenan de lágrimas porque tiene varios nietecitos y hace mucho tiempo que no los ve y, además, ella desearía estar en casa con su hijo o hijos, porque “sabe Vd, aquí me tratan muy bien, me cuidan, me dan bien de comer, pero me gustaría morirme teniendo cerca de mí a mis hijos y a mis nietos”.
Existen muchas clases de malos tratos a ancianos. Se considera aquel acto cometido contra una persona mayor, que atente contra su vida, integridad física, sobre su seguridad económica, su libertad o comprometa gravemente el desarrollo de su personalidad, dentro del ámbito familiar o institucional. A los ancianos hay que saber escucharlos, oír sus preocupaciones y temores, darles nuestro afecto, que se sientan útiles y, ante todo, tratarlos con amor y cariño.
El que tengan 80 años no quiere decir que no piensen, o que dejaron de tener sueños. En todo momento realmente merecen ser respetados ya que ellos son los que nos han legado todo, son los guardianes de la sabiduría humana, son auténticos sabios llenos de experiencias en sus largas vidas.
Con la llegada de las fiestas navideñas, tan desesperadamente familiares, el abandono de estas personas tan vulnerables, tan abnegadas, que nos trajeron a este mundo y nos hicieron crecer y madurar a costa de tremendos sacrificios personales, se convierte en la demostración de la insensibilidad y la falta de principios que corroe nuestra sociedad de la abundancia. Sin duda, aún no nos hemos dado cuenta de que nosotros también seremos viejos, que es posible que nos abandonen cuando llegan las vacaciones o cuando se cansen de darnos un poco de cariño y comprensión que es, al fin y al cabo, lo que todos necesitamos; que no se trata sólo de sentar a un anciano a tu mesa el día de Nochebuena para volver a dejarle otro año entero abandonado y sin que nos preocupe si está bien o no… es una tarea díaria, hay que tenerlo cerca para que el peso de la edad y la cercanía de la muerte no sean una carga insoportable para él, hay que tratarlo como a un ser humano.. solamente así seremos también nosotros humanos.
A medida que el hombre ha ido progresando en la ciencia y la tecnología, que la sociedad se ha ido materializando, se han ido perdiendo los verdaderos valores de la vida, uno de los cuales pasa, ineludiblemente, por el RESPETO, CARIÑO y CUIDADO de nuestros ancianos. Desde hace años se ha venido acentuando el deterioro de la relación entre jóvenes y ancianos. Hoy, en los países desarrollados, la expectativa de vida es alta. Esto conlleva un gran esfuerzo de las familias y el Estado para atender al elevado número de personas de más de 65 años que llenan nuestras ciudades.
Solución:residencia “de todo hay”: Fuí como voluntaria a una residencia de ancianos, y si habeís tenido ocasión de ir a alguna de ella, entenderéis perfectamente hasta qué punto se han degradado nuestros valores morales. Cuando entras en la sala común donde pasan el día, unas veces charlando, otras mirando la televisión y las más dormitando de aburrimiento, varios ojos te miran con ansia, sin duda con la ilusión de que detrás de ti venga alguno de sus familiares; enseguida se acerca alguna ancianita tratando de entablar conversación y contarte, entre otras cosas, que su hijo o hija, hace mucho que no viene… claro ¡ tiene tanto trabajo, el pobre !Cuando empiezas a interesarte por su vida, edad, familia, etc., se le ilumina la cara y te cuenta todos los pormenores (si es que los recuerda) de su pasado y, al final, sus ojos se llenan de lágrimas porque tiene varios nietecitos y hace mucho tiempo que no los ve y, además, ella desearía estar en casa con su hijo o hijos, porque “sabe Vd, aquí me tratan muy bien, me cuidan, me dan bien de comer, pero me gustaría morirme teniendo cerca de mí a mis hijos y a mis nietos”.
Existen muchas clases de malos tratos a ancianos. Se considera aquel acto cometido contra una persona mayor, que atente contra su vida, integridad física, sobre su seguridad económica, su libertad o comprometa gravemente el desarrollo de su personalidad, dentro del ámbito familiar o institucional. A los ancianos hay que saber escucharlos, oír sus preocupaciones y temores, darles nuestro afecto, que se sientan útiles y, ante todo, tratarlos con amor y cariño.
El que tengan 80 años no quiere decir que no piensen, o que dejaron de tener sueños. En todo momento realmente merecen ser respetados ya que ellos son los que nos han legado todo, son los guardianes de la sabiduría humana, son auténticos sabios llenos de experiencias en sus largas vidas.
Con la llegada de las fiestas navideñas, tan desesperadamente familiares, el abandono de estas personas tan vulnerables, tan abnegadas, que nos trajeron a este mundo y nos hicieron crecer y madurar a costa de tremendos sacrificios personales, se convierte en la demostración de la insensibilidad y la falta de principios que corroe nuestra sociedad de la abundancia. Sin duda, aún no nos hemos dado cuenta de que nosotros también seremos viejos, que es posible que nos abandonen cuando llegan las vacaciones o cuando se cansen de darnos un poco de cariño y comprensión que es, al fin y al cabo, lo que todos necesitamos; que no se trata sólo de sentar a un anciano a tu mesa el día de Nochebuena para volver a dejarle otro año entero abandonado y sin que nos preocupe si está bien o no… es una tarea díaria, hay que tenerlo cerca para que el peso de la edad y la cercanía de la muerte no sean una carga insoportable para él, hay que tratarlo como a un ser humano.. solamente así seremos también nosotros humanos.