
Parlem del llenguatge sexista Cada societat transmet la seva forma de pensar, sentir i actuar a través del llenguatge. Diem que procedim d'una tradició patriarcal, sent un dels seus trets típics la inexistència de la dona desvinculada de la figura del baró, perquè això es reflecteix en l'ús de la llengua incorporant determinats conceptes i expressions que s'han transmès i segueixen transmetent-se, de generació en generació.
S'incorre en llenguatge sexista quan un parlant emet un missatge que, a causa de la seva forma, és a dir, a causa de les paraules escollides o a la manera d'estructurar-les, i no al seu fons, resulta discriminatori per raó de sexe. Els estereotips i clixés mantenen les pautes d'una societat patriarcal en la qual l'esfera privada de la dona preval més que la seva esfera pública. Tenint en compte que els oficis i professions es troben en el públic, l'home, ja des de la seva infància, juga més en el carrer mentre que la dona, la nena, està més temps dintre de casa. Aquestes conductes condicionen el desenvolupament social de les dones i certifiquen la seva ocultamient. El problema fonamental del sexisme lingüístic és l'ocultació de la dona. L'ocultació es deu a l'abusiu ús del gènere gramatical masculí i el seu no paral·lelisme amb el femení. El llenguatge sexista es perpetua a través de diversos camins. Ja hem vist que un d'ells són els estereotips i clixés però històricament s'han instal·lat a través del que s'ha vingut en mal cridar “saviesa popular o filosofia popular”.
el cinema, la televisió, els llibres de text i els diccionaris. Traducció
Hablemos del lenguaje sexista
Cada sociedad transmite su forma de pensar, sentir y actuar a través del lenguaje.
Decimos que procedemos de una tradición patriarcal, siendo uno de sus rasgos típicos la inexistencia de la mujer desvinculada de la figura del varón, porque ello se refleja en el uso de la lengua incorporando determinados conceptos y expresiones que se han transmitido y siguen transmitiéndose, de generación en generación.
La lengua no es neutra y refleja la relación de los sexos en la sociedad y la posición de la mujer en dicha relación. La lengua es el espejo en el que la sociedad se refleja. El predominio de lo masculino en la sociedad significa que lo masculino determina el uso de la lengua. De ahí que la discriminación consista en el uso genérico masculino como genérico referencial para los dos sexos. En definitiva, el género masculino ha prevalecido –y sigue prevaleciendo- sobre el femenino.
Se incurre en lenguaje sexista cuando un hablante emite un mensaje que, debido a su forma, es decir, debido a las palabras escogidas o al modo de estructurarlas, y no a su fondo, resulta discriminatorio por razón de sexo.
Los estereotipos y clichés mantienen las pautas de una sociedad patriarcal en la que la esfera privada de la mujer prevalece más que su esfera pública. Teniendo en cuenta que los oficios y profesiones se encuentran en lo público, el hombre, ya desde su infancia, juega más en la calle mientras que la mujer, la niña, está más tiempo dentro de casa. Estas conductas condicionan el desarrollo social de las mujeres y certifican su ocultamiento. El problema fundamental del sexismo lingüístico es la ocultación de la mujer. La ocultación se debe al abusivo uso del género gramatical masculino y su no paralelismo con el femenino.
El lenguaje sexista se perpetúa a través de diversos caminos. Ya hemos visto que uno de ellos son los estereotipos y clichés pero históricamente se han instalado a través de lo que se ha venido en mal llamar “sabiduría popular o filosofía popular”.
Los REFRANES se consideran como una verdad irrefutable y eterna, comprobada generación tras generación. El refranero muestra a la mujer de forma muy negativa.
Pero los refranes son sólo el primer paso hacia la conformación de conductas discriminatorias. Después de los refranes vienen las películas, las lecturas, los juegos, los juguetes, los anuncios publicitarios, los tebeos, las conversaciones diarias de su entorno, el teatro, la prensa, la radio, el cine, la televisión, los libros de texto y los diccionarios.
En todos estos medios el sexismo estará presente y el lenguaje será el elemento clave de la transmisión, conformando una cultura donde los roles de lo masculino y de lo femenino quedarán establecidos y además jerarquizados.
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